Desde tiempos inmemorables, los ganaderos de diferentes partes del mundo han utitlizado perros de guarda que protegieran los rebaños del ataque de predadores salvajes. En nuestro país, la raza utilizada desde hace siglos, cuando los grandes rebaños de ovejas de la Mesta viajaban desde las dehesas del sur de las montañas donde pasaban el verano, ha sido el mastín.
Los viejos pastores que vivieron la época de trashumancias y lobos, conservan en su memoria innumerables historias ligadas a famosos mastines, cuyas hazañas relatan con muestras de admiración y orgullo por aquellos compañeros con los que compartieron prolongadas temporadas de campo, al cuidado de sus rebaños.
Su tarea tradicional ha sido la defensa de los rebaños de los ataques de los lobos, pero su labor de guarda es mucho más amplia, y hoy días es fundamental su papel frentes a los abundantes perros asilvestrados que pueblan nuestros campos o ante el acoso de los zorros, que ocasionan innumerables pérdidas entre los corderos.